La Inteligencia Artificial. ¿Cómo afectará a los celadores?

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La Inteligencia Artificial. ¿Cómo afectará a los celadores?

3 marzo 20250 Comments

La Inteligencia Artificial. ¿Cómo afectará a los celadores?

fotografía de Raúl Jiménez Díaz, autor del artículo

Raúl Jiménez Díaz, Red de Celadores de Sanidad.


Ya estamos viendo día a día que la inteligencia artificial es, desde no hace mucho, un acompañante más en los nuevos procesos hospitalarios y no hospitalarios, incluidos en los de los celadores.

Desde algoritmos que optimizan la asignación de camas hasta robots que transportan medicación y asisten en quirófano, la automatización avanza y no tengo claro si estamos verdaderamente preparados, o más bien, si ni si quiera nos damos cuenta que, a nosotros los celadores, también nos va a tocar.

Pero, a mi como a todos mis compañeros, nos surge una pregunta clave: ¿qué pasará con nosotros?

¿Desaparecerán algunas de nuestras funciones por la tecnología?

El periodista Andrés Oppenheimer, en su libro ¡sálvese quien pueda!, plantea una advertencia contundente: muchos trabajos tradicionales serán reemplazados por la automatización, y el sector salud, en el que por supuesto estamos incluidos, no es una excepción.

Aquí os dejo la lectura para los más interesados. A mi me ha ido formando una opinión muy interesante, eso sí, también he de decir que tal vez me genere más preguntas.

Según describe Oppenheimer,

los trabajos rutinarios y predecibles serán los primeros en caer, mientras que aquellos que requieren habilidades interpersonales y toma de decisiones complejas tienen más probabilidades de sobrevivir.

Por lo que, ¿Qué creeis?… ¿Desaparecerá el celador?

En mi opinión Nopero cambiará.

Es innegable que algunas tareas del celador podrán automatizarse. En algunos hospitales ya se están implementando robots para el traslado de suministros.

A lo mejor alguno conocéis hospitales en los cuales hasta se trasladan pacientes de forma automática, yo no. Si puedo decir que han llegado definitivamente las camas automáticas, las cuales ya casi no hay ni que empujarlas.

Por otro lado, la gestión digitalizada está reduciendo la necesidad de ciertos procesos manuales como en el caso de Servicios como Radiología, en los cuales, la radiografía se toma y una IA detecta la lesión (desde mi punto de vista, los “pobres” radiólogos serán los primeros en tener que adaptarse).

Sin embargo, esto no significa la desaparición del rol del celador, sino su transformación. Como siempre decimos: la clave está en la adaptación.

Como señala el propio Oppenheimer, quienes logren reinventarse y aprender a trabajar con la tecnología tendrán más oportunidades de mantenerse en el mercado laboral.

Para los celadores esto podrá traducirse, como bien hablamos en otro de nuestros post, en la seguridad del paciente y en una mayor especialización en el trato con los ellos, el aprendizaje de nuevas tecnologí­as hospitalarias y la optimización de nuestras funciones gracias a la IA.

Un futuro donde la IA y los celadores conviven.

Más que una amenaza, la IA podrá convertirse en una aliada. En lugar de cargar fí­sicamente con pacientes, los celadores podremos contar con exoesqueletos inteligentes que faciliten nuestra labor (no es el futuro, también están aquí).

En lugar de perder tiempo buscando camillas, sillas o demás equipos, sistemas de geolocalización hospitalaria podrán optimizar su eficiencia.

Y, sobre todo, en un mundo donde la tecnología automatiza procesos, nuestra calidez humana será más valiosa que nunca.

Otro ejemplo de esto son las pulseras inteligentes, las cuales, determinan donde están los pacientes dentro de los propios centros en tiempo real. Se acabaron las llamadas y el dedicarnos a buscar pacientes por todos los pasillos.

Ejemplos de nuevas tecnologías:

  • Robots de asistencia y/o transporte

Los robots de asistencia de Aethon: ya utilizados en hospitales, estos robots transportan medicamentos, suministros y residuos…

  • Exoesqueletos para asistencia en movilizaciones

Como por ejemplo los exoesqueletos de ReWalk, enfocados a personas con movilidad reducida, pero desde el punto de vista empresarial, con múltiples usos.

  • Camas y camillas automáticas.

Por ejemplo las camas de Hillrom o Stryker (ya las conocemos por las famosas camas de UCI) las cuales, incluyen sensores de movimiento, ajuste automático de postura y monitorización de signos vitales. Ya en nuestros hospitales.

  • Sensores y geolocalización de materiales y pacientescomo los de Stanley Healthcare.
  • Aplicaciones de comunicación para profesionalesLas empresas como Vocera o Ascom Myco que hace que tengamos comunicación directa entre todos los profesionales y no utilicemos los móviles. Y seguro que habrá mucho más en la mente de alguien.

¡Celadores del futuro, el cambio está en nuestras manos!

El avance de la inteligencia artificial y la tecnología en los hospitales no es una amenaza, es una oportunidad.

Siempre suelo poner el mismo y claro ejemplo de cómo saber asumir la adaptación sin que nadie nos discuta:

Las enfermeras siempre han tomado tensiones manualmente hasta la llegada de las “torres”, las cuales han hecho que cualquiera pueda poner un manguito, pero ellas junto a todos los demás dan por sentado que esa función es exclusivamente suya. Menos pérdida de tiempo y mejor calidad en el cuidado que ellas desempeñan.

Estamos en un momento clave donde podemos evolucionar y ganar el reconocimiento que merecemos. La clave está en capacitarnos y adaptarnos a estos nuevos tiempos.

Hoy en día, los robots transportan suministros, las camillas inteligentes reducen el esfuerzo físico y los sistemas de geolocalización nos permiten encontrar lo que necesitamos en segundos.

Pero, ¿quién supervisará estos sistemas? ¿Quién se asegurará de que la tecnología realmente mejore la atención a los pacientes? La respuesta es clara: nosotros, los celadores.

Si aprendemos a manejar estas herramientas, podemos convertirnos en los responsables de su funcionamiento, en los expertos que optimizan su uso y en los profesionales que garantizan que la humanización del cuidado nunca se pierda.

Ya no seremos solo quienes trasladan pacientes, sino coordinadores de los sistemas de movilidad hospitalaria, gestores de la logística y garantes de que la tecnología esté al servicio de las personas.

El cambio está ocurriendo, y depende de nosotros ser parte de él.

La formación en nuevas tecnologías puede abrirnos más puertas de las que imaginamos. Hagamos que estas propuestas estén en nuestros centros. Pidamos formación en las nuevas tecnologías que empiezan a surgir.

Si nos preparamos, no solo aseguramos nuestro lugar en el hospital del futuro, sino que lo hacemos más eficiente, más humano y más profesional.

No tengamos miedo al avance, ¡aprovechémoslo para crecer!

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